5 DE OCTUBRE
186 Años de Valcheta: Los primeros pobladores/Por Jorge Castañeda
Fundación 5 de Octubre de 1833-
Valcheta.- La localidad de Valcheta se apresta a festejar 186 años de su “descubrimiento”. Se denomina así a la gesta emprendida por el Sargento Mayor Leandro Ibáñez, del brazo izquierdo de la Campaña al Desierto comandada por Juan Manuel de Rosas, cuando a orillas del arroyo homónimo doblega a las huestes del cacique Cayupán (seis pumas).
Desde aquel entonces comienza a escribirse parte de la rica historia de esta localidad que a decir verdad ya era conocida y citada antes de esa fecha, figurando por ejemplo en el mapa esférico de Azara nombrando al “camino de los Balchitas”.
Como ya se ha dicho, el vocablo es un topónimo tehuelche que significa “lugar donde el agua se colma” haciendo alusión a los célebres desbordes aluvionales del arroyo a la altura del pueblo.
Por un meduloso trabajo realizado por Juan Carlos Ballor, “El campamento de la necesidad”, nos enteramos que “el 28 de octubre de 1884 se inscriben en el Juzgado de Paz 32 familias indígenas nombrándose algunas: Antenao, Antipán, Catrifol, Llancafil, Pichipil, Quiñenao, Llanqueleo, Uircaín, Cayunao, Calfín, Calfinao, Ortiz, Torres, Liendaf, Sacamata, Hunchucura, Traimán, Epulef, Juan, Manquelef, Marileo, Curiqueo, Cañulaf, Cayupán, Cayuqueo, Coliqueo, Curruhuinca, Chimiau, Huenumil, Marilaf, Huinca, Hueche, Paillao y Railef, entre otras”.
La historia de Río Negro recoge que “según la tradición oral, un indígena, Rumaldo Alonso, fue el primero en sembrar trigo y alfalfa en el año 1897. Y añade que “en el año 1888 los hermanos Eduardo, Federico y Cecilio Crespo se radican en Valcheta dedicándose a la cría de ganado y al transporte de mercaderías, habiendo sido llamados por don Arturo Casas, expedicionario establecido desde algunos años atrás”. Y menciona para la historia los nombres de las primeras familias que arriban en el año 1890: Robledo, Rial, Rúa, García, Blázquez, Scandroglio, Aranda, Galván, Beneded, entre otras. Y en 1900 llegan los Casas, Igarzábal, Tolosa, Crespo y Nicodemo La Rosa”.
En el citado trabajo Ballor se puede leer que “A veces algunos llegaron de cualquier parte, detienen el movimiento, otros siguen esperando, pocos saben cómo será el mañana, están y no se irán más: jugarán a la taba, los naipes, las bochas, apostarán en las cuadreras, y por si les va mal darán en garantía el título de propiedad. Después empezarán de nuevo y la compañera de siempre, el caballo y la guitarra, le ayudarán a seguir viviendo. Ahora pertenecen a la comunidad que los aceptó como son, se llaman: Crespo, Cabrera, Alaniz, Brites, Mihler, Galván, Rial, Casas, Igarzábal, Guerrero, Mir, Barnes de Balda, Larguía, Aranda, Alfaro, Mancebo, Rúa, Lusarreta, Chavero, Lucero, Benedé, Buganen, Scandroglio, Altamirano, Martín, Blázquez, Sedda, Onagoity, Lebero, García, Aguilera, Cisneros, Kucich, Zimmerman, Tolosa Belizán, Humberg, Cueco, Chico, Larrosa y tantos otros”.
Una mención especial debe dedicarse a la numerosa inmigración de libaneses que se afinca en Valcheta y sus parajes alrededor del año 1910 que han dejado familias tradicionales de la localidad, recordando entre otros a Mortada, Direne, Sale, Mussi, Rada, Sulman, Arden, Nazardín, El Hossen, Saieg, Ceitune, Yalul, Yeber, Girala, Zaher, Chible, Chaer, Seleme, Luna –su apellido en el Líbano era Ardín– y que nombrarlos a todos excedería los límites de esta nota.
A ellos se suman los colonos alemanes como Herrman, Schilling; italianos como las familias Bellini, Valentini y españoles como Lorca, Rodríguez, Díaz, Marco, Camina y muchos más que dieron forma y vida a la colonia agrícola. Y hablando de ellos un verdadero pionero muy emprendedor en las labores de agricultura fue Juan Ramos Asconapé, que incluso una variedad de remolacha azucarera lleva su nombre, cuando desde Chanquín la enviaba al ingenio San Lorenzo de General Conesa.
Intensa fue la gesta fundacional de Valcheta, una de las localidades más antiguas de Río Negro y con una rica historia que se proyecta al porvenir.